Comienza la época de los cítricos, esas frutas llenas de vitamina C y ácido cítrico que pertenecen al género Citrus. Originario de Asía tropical y subtropical, este género llegó a territorios del Mediterráneo oritental gracias a los conquistadores de Alejandro Magno. Unos siglos después, el limón llegó a los países africanos y en el siglo X el cultivo de la naranaja se extendió por el Mediterráneo por medio de los árabes. 

En sus inicios se utilizaban como cosméticos y para usos médicos pero actualmente gozan de gran protagonismo entre los consumidores por sus propiedades. Entre ellas la creencia errónea de que la vitamina C evita y cura catarros y resfriados. El consumo de vitamina C solo hará que el resfriado dure menos días. Lo que sí está comprobado es que cura el escorbuto, enfermedad causada por la deficiencia de esta vitamina y que padecían antiguamente los marineros al subsistir con dietas que no contenían ni fruta ni hortalizas frescas.

Gran parte de la variedad de cítricos que podemos encontrar son el origen de la hibridación de especies. Nosotros vamos a enumerar las más famosas:

· Limón: de piel amarilla y con forma ovalada. Por su aroma es muy utilizado en repostería y en la creación de bebidas.
· Cidro: parecido al limón pero de aspecto más rugoso. Apenas se consume fresco, sobre todo se utiliza en repostería.
· Lima: verde, ovalada y más pequeña que el limón. Su jugo es muy utilizado en cocina y coctelería.
· Mandarina: de color naranja, redondeada pero achatada y de pequeño tamaño, compuesto en su interior por gajos. Su contenido de azúcares simples la convierten en una "golosina natural".
· Naranja: redonda, de tamaño medio y del color que le da nombre. A parte de su consumo en fresco también goza de popularidad en zumos. 
· Pomelo: redondo, más grande que la naranja, con piel amarilla y un interior de color rosado intenso.